miércoles, 30 de septiembre de 2015

LOS POLÍTICOS Y LA GRIPE

En 2000 y con este mismo título (cómo pasa el tiempo y qué poco cambian las cosas), escribí y publiqué un artículo de opinión que me inspira para esta nueva entrada del blog:

A estas alturas, cuando todavía no se han convocado las elecciones generales, continúan las batallas propias de la campaña electoral que llama a nuestras puertas como si de una gran pandemia se tratara.

Estos políticos nuestros (la mayoría de ellos), son como la gripe que cada año muta en una especie diferente y los expertos han de buscar la vacuna necesaria para evitarla o hacerla menos dañina.

Los ciudadanos deberíamos aprender y hacer lo mismo que las personas en riesgo de contagio del virus: vacunarnos contra los gérmenes nocivos metidos a políticos.  © JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ

lunes, 28 de septiembre de 2015

DE IDEAS Y HOMBRES

Hoy, 28 de septiembre de 2015, no sabemos quién ha ganado en Cataluña, porque uno dicen que los del SI a la independencia y otros todo lo contrario, mientras que hay quienes declaran que ni una cosa ni la otra. Y los ciudadanos nos dejamos llevar por las valoraciones que hacen los políticos que, además, ya están en campaña para las generales, que aún no se han convocado.

Y cuando todavía no me he formado una idea clara con el tema catalán, más allá de la propaganda de los partidos, me viene a la memoria una frase de Faulkner“no me interesan las ideas, sólo los hombres”, porque hay hombres buenos en todas las trincheras y, seguro, son aquellos que luchan contra otros hombres buenos, sin saber por qué, defendiendo las ideas de quienes deciden a qué hora y cómo hay que luchar, en la mayoría de los casos por intereses bastardos.

¿Cuántas muertes han causado las ideas nacionalistas?

Y qué bien aprendida tienen los políticos la lección de azuzar la vena patriótica del pueblo, cuando quieren ocultar sus miserias. Y por ello, las buenas gentes de Cataluña, no han votado por tener una mejor sanidad o educación pública, no, ellos han ido a dar su voto a los partidos políticos en función de su cercanía al SI o al NO a la independencia.

Y si es así, ¿para qué la quieren? ¿para cambiar la bandera del balcón?  © JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ

sábado, 26 de septiembre de 2015

LOS INDECISOS

Indecisos, vacilantes, no decididos…, esos son los hombres y las mujeres de este siglo, porque de ellos depende (¡qué paradoja!) el futuro de un pueblo, una comunidad o un país.
Y es que, según cuentan los que saben de esto, los indecisos darán la badila de mando a quienes nos han de gobernar en España y el extrarradio.
Esas gentes que no lo tienen claro y que, según el pie con el que se levanten ese día, harán una cosa u otra, optarán por una opción o por otra…, esas gentes que, a cien metros de la urna, pueden cambiar de opinión dos o tres veces, esas gentes serán las que decidan quiénes serán nuestros próximos gobernantes.
Es conveniente, creo yo, dudar. Pero una cosa es dudar y otra titubear cada vez que escuchamos las palabras, los argumentos o la propaganda de los políticos; tener una opinión y la contraria en la misma frase.
Nadie está en posesión de la verdad, ni siquiera hay verdades absolutas, pero tener un cierto criterio y mantenerlo hasta darnos cuenta de que nos hemos equivocado, creía yo que era algo natural y hasta positivo, para progresar como persona.
Pero no.
Ahora resulta que quienes no tienen criterio, los que no saben todavía, los que sólo se decidirán a última hora y ni siquiera entonces, son los hombres y las mujeres del futuro.

El futuro es de los indecisos, no me cabe la menor duda (o sí). © JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ

miércoles, 23 de septiembre de 2015

REFRANERO

“Tres muchos y tres pocos, destruyen los hombres locos: mucho gastar y poco medrar; mucho hablar y poco saber; mucho presumir y poco valer”.

Lo leo del ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales…’ de Gonzalo Correas y enseguida adivino sabiduría, la de la observación de la vida y de las gentes que pululamos por ella, con nuestras grandezas y miserias. Entonces me detengo en una de las palabras, que han ido cobrando significado pernicioso: medrar, que es ‘crecer’ y, en sentido figurado, ‘mejorar económica o socialmente’, aplicable hoy a la acción de conseguir mejoras personales de forma artera y éticamente reprobable.

Hombres locos, aquellos que gastamos mucho en cosas innecesarias.

Hombres locos, los que hablamos mucho con poco conocimiento, poco seso y menos ciencia: atrevimiento de ignorantes el de contar lo que no saben. Locos habladores, incapaces de ser prudentes en este mundo de idiotas y de lerdos que aparentan sapiencia.

Hombres locos, quienes presumen sin ser, aparentan sin fundamento, ricos sin un duro, reyes que no pasan de porqueros.

Locos hidalgos que amasan humo. Apariencia y vanidad, sobre un soporte de vacío y miseria.

Algunas locuras mueven el mundo, pero otras lo corroen. © JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ

sábado, 12 de septiembre de 2015

BUENOS Y MALOS

Es curioso comprobar, cómo la misma gente que llenaría páginas enteras de protestas y gritos si se encontrara un feto en una playa, no se siente escandalizada y busca excusas ante el hallazgo del cuerpo de un niño extranjero.
     No se sienten culpables de nada de lo que ocurre en el mundo, aquellos que llevan siglos culpando a la humanidad del 'pecado original'.
     Se acuerdan de los parados patrios, esos a los que habitualmente llaman vagos y acusan de no querer trabajar, para decir que no debemos ser solidarios con el resto del mundo…
     Pero el problema no son ellos, esos que transmiten una ideología de extrema derecha, racista y xenófoba, convencidos de ello, sino quienes comparten esos pensamientos simplistas, seguros de que han encontrado la piedra filosofal, cuando a lo que realmente han llegado, no es a tener una idea propia y meditada, sino un pensamiento miserable que hace una distinción de buenos y malos en función del lugar en el que han nacido. © José García

jueves, 3 de septiembre de 2015

¡MALDITOS!

Maldito mundo, que permite y fomenta la injusticia.
Malditos gobernantes, que gestionan nuestras vidas como si fuésemos números.
Malditas fronteras, que condicionan la existencia de millones de personas.
Malditos seres humanos, que dejamos que triunfe la maldad. 
Malditos todos, por mirar para otro lado...,
y permitir que un niño muera en la misma arena por la que debería corretear su inocencia.
¡Malditos!