viernes, 3 de febrero de 2017

MÁS BUENOS Y MALOS

Hoy quiero hablar de la deriva irracional e indecente de nuestro  mundo  y para ello recuerdo la tesis de un artículo que escribí y publiqué hace más de un año, hablando de Buenos y malos, en el que decía que el problema de esta época no está en los Trump de turno, en esos que transmiten una ideología de extrema derecha, machista, homófoba, racista y xenófoba, convencidos de ello.

El problema no está en estos miserables, por muy poderosos que sean.

El problema de este tiempo está en nuestras calles, en la barra de los bares que visitamos, en las escaleras de nuestros edificios, en las cenas familiares en las que amigos y cuñados comparten esos pensamientos mezquinos y simplistas que culpan de todos los males al otro, al diferente.

El problema lo vivimos en nuestras fronteras interiores, con nuestros propios vecinos, esos “que han comprado” en el mercadillo de la ignominia esas ideas bastardas, seguros de haber encontrado la piedra filosofal, la solución a todos los problemas,  cuando lo que realmente han adquirido es una ideología miserable e inhumana que distingue entre buenos y malos en función del lugar en el que han nacido, su inclinación sexual, su raza y, más que eso, según el dinero que posean para comprar voluntades. © José García

jueves, 9 de junio de 2016

¿DE DÓNDE SALE EL DINERO?

Llega una nueva campaña electoral y los ciudadanos, a los que nos importa un pepino los programas de los partidos, quizá inducidos por algunos medios y  partidos, parecemos preocupados, y mucho, por saber de dónde sale el dinero.

Claro, que NO NOS PREOCUPA el que se destina a los bancos, a las grandes empresas, a comprar armamento, ni el que se destina para pagar a los ‘asesores’, ni el de las comisiones ilegales o el que nos roban a manos llenas…, no, ese parece no importarnos, pero, en cambio, ante la insistencia de ciertos tertulianos y políticos de toda la vida, nos interesa saber de dónde saldría el que se nos promete para poner en marcha medidas sociales o dirigidas a fomentar la igualdad, mejorar la sanidad o la enseñanza pública.

Y la respuesta es clara, o debe serlo: el dinero es el que es, faltaría más, pero los gobernantes lo utilizan, según sus intereses. Por eso, en esta campaña electoral, debemos saber que la diferencia está en cómo se utiliza el dinero y en las prioridades de quienes nos han de gobernar, que no  siempre coinciden con los de los ciudadanos, que somos los que pagamos las facturas. © JOSÉ GARCÍA