Me gusta el cine y el teatro del absurdo, el humor negro, el
surrealismo y lo kafkiano, por eso reconozco que estoy disfrutando y cabreado (¡por
no llorar!) con esta realidad paralela que vivimos estos días en España, en donde
los ladrones no dejan de repetir que
son “gente honrada”, plagiando la divertida obra de Enrique Jardiel Poncela.
Los ladrones, además, piden al resto que no robemos y nos exigen
cuentas claras, especialmente con Hacienda (que debe ser igual para todos), mientras las suyas son oscuras, opacas y turbias.
Los ladrones, hoy, se dicen gente honrada, mientras nos
roban a manos llenas y piden el esfuerzo a quienes han vaciado los bolsillos.
Y me hace gracia (¡maldita sea!), que los que han tenido y
tienen que cuidar la CAJA COMÚN, que cada vez está más vacía (a base de rapiñas,
rapacerías y viajes a Suiza), estén empeñados en pedir cuentas a quienes no nos hemos acercado a ella jamás.
Pero los ciudadanos, que contribuimos con nuestro esfuerzo y
dinero a llenar esa caja (incluso pagando por encima de nuestras posibilidades, mientras ellos lo hacen a la baja, o no pagan), caemos en la trampa y nos entretenemos mirando hacia
otro lado, mientras nos roban descaradamente quienes acusan a otros (que ni
siquiera pasaban por allí) del latrocinio.
© JOSÉ GARCÍA
me haces sonreir mientras admiro tu escrito
ResponderEliminarme haces sonreir mientras admiro tu escrito
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme y, sobre todo, por decirme que te gusta y que te despierta una sonrisa.
EliminarMuchas gracias por leerme y, sobre todo, por decirme que te gusta y que te despierta una sonrisa.
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