Reconozco que soy un poco
antisistema, que dentro de mi estatus aburguesado me sale una vena (más
anárquica que anarquista) por la que llego a pensar que deberían abolirse los
estados, la autoridad y la jerarquía.
Y en esos días, todavía no sé si
abrazo un individualismo lacerante o estoy cerca del socialismo utópico.
Porque no me gusta el sistema de
robos y corruptelas, el que obliga al trabajador a ser un esclavo del jefe, el
del liberalismo capitalista (ese que no aporta su dinero a la colectividad pero
utiliza el de todos para hacer negocio), el sistema de beneficios para los
poderosos y miseria para los demás…, definitivamente no me gusta.
Pero claro, uno ya va pintando
canas y no es hora de deambular por el mundo con un farol, buscando hombres y
filosofías de vida, así que, como la mayoría de personas que conozco o he
conocido, soy esclavo de un mundo diferente al que anhelo y he perdido la
esperanza de que mejore…
© JOSÉ
GARCÍA GONZÁLEZ
Cuando más profunda es la noche, más cerca se está del amanecer...
ResponderEliminarPero hay noches que parecen eternas, Jorge
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