¿A quién le importa cómo se contagiaron los dos religiosos
repatriados a España, que habían contraído la enfermedad del ébola?
¿Alguien se ha preguntado cómo fue?
Porque hay una banda de indecentes, desalmados y canallas que,
ahora, culpabiliza a la enferma Teresa Romero (que se debate entre la vida y la
muerte) de ser la responsable de su contagio, con el fin de tapar las
vergüenzas de las autoridades patrias, que no han actuado con la eficacia
necesaria, a la hora de abordar una crisis que ellos mismos crearon.
Defiendan lo indefendible, justifiquen lo injustificable, colmen
de alabanzas a quienes sólo merecen críticas…, pero dejen en paz a esta profesional
que se ha jugado la vida en la ruleta rusa de unos procedimientos y de unos protocolos
que, desde el principio, desbordaron a quienes tenían la obligación de velar
porque se aplicaran con la debida corrección. © José García
Verdaderamente un caso bochornoso y preocupante, en realidad siempre pagamos los platos rotos los mismos.
ResponderEliminarAfrica el gran continente olvidado, personalmente siento verguenza de mi condición humana. Un cariñoso saludo, Pialr