Una de las máximas de la publicidad
es “que primero se crea la necesidad y después el producto”. Pues algo parecido
está ocurriendo ahora con el famoso palo para hacer un autorretrato (o selfie),
no existía el producto, pero lo han inventado a base de crear la necesidad y se
están forrando.
Y de eso viven, no sólo los
publicistas y los empresarios avispados, sino los políticos: de la propaganda,
que nos convence de lo que debemos comprar o votar, a base de campañas bien
orquestadas.
Hemos vivido en una época en la
que, por muchos palos que nos dieran o vendieran, los ciudadanos continuábamos
por la senda del consumismo y de la creencia ciega en la propaganda de quienes
nos gobernaban y nos hacían creer que nos apaleaban por nuestro bien.
Y estamos llegando a una fase en la
que nos cuestionamos que siempre pierdan
los mismos, que los palos siempre los reciban los de abajo, que no haya dinero
para la salud, la educación y el bienestar de los ciudadanos, pero sí para la
banca, las grandes empresas y los corruptos.
El hartazgo empieza a ser tan
grande, que no les va a servir la propaganda: no nos van a poder vender más
palos, entre otras cosas porque la mayoría se ha quedado sin dinero suficiente
para lo imprescindible.
Y no podrán apalearnos “por nuestro
bien”, porque nos estamos quedando sin piel…, y sin ganas de seguir siendo
corderos.
© JOSÉ GARCÍA
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