“Tres muchos y tres pocos,
destruyen los hombres locos: mucho gastar y poco medrar; mucho hablar y poco
saber; mucho presumir y poco valer”.
Lo
leo del ‘Vocabulario de refranes y frases proverbiales…’ de Gonzalo Correas y enseguida adivino sabiduría, la de la observación de la vida y de las gentes
que pululamos por ella, con nuestras grandezas y miserias. Entonces me detengo
en una de las palabras, que han ido cobrando significado pernicioso: medrar,
que es ‘crecer’ y, en sentido figurado, ‘mejorar económica o socialmente’,
aplicable hoy a la acción de conseguir mejoras personales de forma artera y éticamente reprobable.
Hombres
locos, aquellos que gastamos mucho en cosas innecesarias.
Hombres
locos, los que hablamos mucho con poco conocimiento, poco seso y menos ciencia:
atrevimiento de ignorantes el de contar lo que no saben. Locos habladores,
incapaces de ser prudentes en este mundo de idiotas y de lerdos que aparentan
sapiencia.
Hombres
locos, quienes presumen sin ser, aparentan sin fundamento, ricos sin un duro,
reyes que no pasan de porqueros.
Locos hidalgos
que amasan humo. Apariencia y vanidad, sobre un soporte de vacío y miseria.
Algunas
locuras mueven el mundo, pero otras lo corroen. © JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ
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