lunes, 7 de abril de 2014

LA GOTA MALAYA

Aunque hay quien sostiene que no se trata de ‘gota’ sino de ‘bota’, como instrumento de tortura malaya, queda asimilado y entendido el término como ‘gota a gota’ que se deja caer “a un ritmo continuado, que provoca la locura o erosiona el hueso del cráneo, hasta producir la muerte”. O, lo que es lo mismo, algo que va calando poco a poco, puede producir una gran erosión.
Y sea gota malaya o gota a gota, desde hace un tiempo nos están torturando a todos para vencer nuestra voluntad, quebrar nuestra inteligencia y convertirnos en sumisos y obedientes ciudadanos capaces de conformarnos con las migajas que van dejando en nuestro camino.
Empezaron diciendo que la crisis (que nosotros no habíamos provocado) era mundial y que las consecuencias serían muy duras para todos, que ya no era sostenible el estado del bienestar, y gota a gota han ido machacando nuestro entendimiento: no hay dinero para sanidad, educación, cultura, servicios sociales…, y nos parece razonable que sí lo haya (saldrá de nuestro esfuerzo) para salvar a los banqueros y las grandes empresas (que siguen ganando lo mismo o más), mientras nos piden moderación salarial y que demos gracias por tener trabajo precario, aunque con el mismo no tengamos ni para pagar la luz y la hipoteca de nuestras casas.
Gota a gota están minando nuestro carácter, convirtiéndonos en plácidos juguetes, al servicio del sistema.
Gota a gota nos están sangrando, y la llaga cada vez es mayor porque nos limitamos a lamer esa herida, sin aplicar puntos de sutura.
Gota a gota nos están envileciendo, porque permitimos que nos roben el futuro de nuestros hijos sin plantar cara.
Gota a gota seguirán convenciéndonos de que nos roban por nuestro bien, y nos quitan libertades y derechos para garantizarnos la paz social…
Gota a gota…
¡Y ya va siendo hora de que cerremos el grifo!

© José García

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