Que los ciudadanos sigamos teniendo una sanidad pública y universal.
Que la educación sea un derecho para todos y no un lujo, sólo al alcance de unos pocos.
Que la libertad para opinar y discrepar sea una realidad, y no un concepto utópico.
Que las creencias religiosas no se impongan por la fuerza.
Que nuestros derechos no sean la moneda de cambio para pagar las deudas que nosotros no hemos contraído.
Que la Justicia sea igual para todos y no haga distinciones entre pobres y ricos, débiles y fuertes, ciudadanos y gobernantes, vasallos y reyes.
Que los corruptos, que nos roban a todos, vayan a la cárcel, sean del partido que sean.
Que se avance hacia una Europa de los ciudadanos y no de los banqueros.
Que ningún niño muera de hambre.
Que las mujeres decidan sobre su propia vida y se acabe la violencia contra ellas.
Que nadie consiga engañarme más de una vez.
Y que todos vivamos mejor que en 2013, y no sólo los poderosos y quienes nos gobiernan.
© JOSÉ GARCÍA
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